Yo creo en el equipo, Yo creo con el equipo

15 de marzo de 2020, una fecha que, en la mayoría de los casos, nos cambió la vida o, por lo menos, nuestros hábitos y nuestra forma de relacionarnos. Ese día se iniciaba el confinamiento en España, llevábamos más de dos meses en los que se oía hablar de un virus, un tal SARS-Cov-2. El 30 de enero de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una emergencia de salud pública de importancia internacional, más tarde, el 11 de marzo de 2020, se reconoció como pandemia. Hoy es el día, dos años más tarde, en el que han fallecido 6 millones de personas y más de 450 millones se han infectado.
Las secuelas siguen latentes en la mayor parte de la sociedad, hemos vivido situaciones que, hasta la fecha, no habríamos podido ni imaginar: más de dos meses de confinamiento total, toques de queda, limitaciones a las reuniones sociales, por no hablar de nuestra compañera de viaje desde que se inició la pandemia: la mascarilla.
¿Cuántas caras hemos dejado de ver? Las relaciones humanas, inevitablemente, se han visto afectadas y hemos vivido momentos en los que, incluso, nos atemorizaban.
Más allá del ámbito sanitario, el COVID-19 nos trajo un sinfín de complicaciones que hoy todavía padecemos, entre otros, la falta de materias primas, la afección de la cadena de suministro y las dificultades para acceder a cierto tipo de componentes. Cuando esperábamos una mejoría en la situación y, previsiblemente, la estabilización de las diferentes afecciones de fabricación y logísticas, a finales de febrero de 2022 el conflicto en Ucrania venía para azotar de nuevo el panorama y poner en jaque.
Diferentes situaciones que han escapado a nuestra capacidad de acción y que, sin embargo, nos afectan y afectan a nuestro ecosistema personal, social y laboral. Por ello:
¿Qué podemos hacer desde las empresas para garantizar la continuidad de nuestra actividad y, aún más importante, el bienestar y la estabilidad de nuestras personas?
Desde Sumelec, en el inicio de la pandemia, apostamos por la protección y prevención del contagio de todos los miembros de nuestros equipos, adquiriendo medios de prevención del contagio e instaurando el sistema del teletrabajo y digitalización de procesos en un plazo breve de tiempo. Los equipos estuvieron monitorizando todas las incidencias que nos afectaban directa e indirectamente y siendo informados de la situación de la organización y de los procesos, favoreciendo la continuidad de los servicios que prestamos, como proveedores de servicios esenciales.
Sin embargo, durante las últimas etapas de esta crisis nos hemos visto con un factor humano cada vez más afectado, ¿qué podemos hacer?
Nuestra clave: paciencia, empatía y comprensión. Los equipos de trabajo continúan al frente, dando soporte y servicio, con un alto nivel de calidad. Por ello, entre todos, debemos “tendernos la mano”, al compañero, al cliente y al proveedor, “remando juntos en la misma dirección” y así, entre todos, resolver cuantas cuestiones están en nuestras manos, sin perder de vista que, buscamos la Solución para todos.
“Yo creo en el equipo, Yo creo con el equipo”
Estamos convencidos de que, al igual que está sucediendo con la pandemia, resolveremos y saldremos adelante de todas las circunstancias, llegando a buen puerto. Un mensaje optimista en el que deseamos que los resultados sean satisfactorios para todos.